viernes, noviembre 02, 2007

¿Por qué todavía no me compré un DVD?

Este es un aporte de la Maribel -constante buceadora en la red- que nos habla de la vida. Me caló hondo pues me acordé de mi abuelo, de mi papá y de por qué yo, todavía guardo cosas como las que dice... ¿para qué? No lo sé muy bien... tal vez para preservar mi identidad, mi (nuestra) historia, mi (nuestra) vida, que como dice el texto, es más rápida de lo lento que la podemos transitar.
un abrazo a todos

Lo que me pasa es que no consigo andar por el mundo tirando cosas y cambiándolas por el modelo siguiente sólo porque a alguien se le ocurre agregarle una función o achicarlo un poco.

No hace tanto con mi mujer lavábamos los pañales de los críos. Los colgábamos en la cuerda junto a otra ropita; los planchábamos, los doblábamos y los preparábamos para que los volvieran a ensuciar. Y ellos, nuestros nenes, apenas crecieron y tuvieron sus propios hijos se encargaron de tirar todo por la borda (incluyendo los pañales). ¡ Se entregaron inescrupulosamente a los desechables !Si, ya lo sé. A nuestra generación siempre le costó tirar. ¡ Ni los desechos nos resultaron muy desechables !

Y así anduvimos por las calles guardando los mocos en el bolsillo y las grasas en los repasadores. Y nuestras hermanas y novias se las arreglaban como podían con algodones para enfrentar mes a mes su fertilidad.

¡ Nooo ! Yo no digo que eso era mejor. Lo que digo es que en algún momento me distraje, me caí del mundo y ahora no sé por dónde se entra. Lo más probable es que lo de ahora esté bien, eso no lo discuto.

Lo que pasa es que no consigo cambiar el equipo de música una vez por año, el celular cada tres meses o el monitor de la computadora todas las navidades.

¡ Guardo los vasos desechables ! ¡ Lavo los guantes de látex que eran para usar una sola vez ! ¡ Apilo como un viejo ridículo las bandejitas de espuma plástica de los pollos ! ¡ Los cubiertos de plástico conviven con los de acero inoxidable en el cajón de los cubiertos!

Es que vengo de un tiempo en el que las cosas se compraban para toda la vida. ¡ Es más ! ¡ Se compraban para la vida de los que venían después ! La gente heredaba relojes de pared, juegos de copas, fiambreras de tejido y hasta palanganas y escupideras de loza. Y resulta que en nuestro no tan largo matrimonio, hemos tenido más cocinas que las que había en todo el barrio en mi infancia y hemos cambiado de heladera tres veces.

¡Nos están fastidiando! ¡¡¡Yo los descubrí. Lo hacen adrede!!! Todo se rompe, se gasta, se oxida, se quiebra o se consume al poco tiempo para que tengamos que cambiarlo. Nada se repara. Lo obsoleto es de fábrica.

¿Dónde están los zapateros arreglando las medias suelas de las Nike? ¿Alguien ha visto a algún colchonero escardando sommiers casa por casa? ¿Quién arregla los cuchillos eléctricos? ¿El afilador o el electricista? ¿Habrá teflón para los hojalateros o asientos de aviones para los talabarteros?

Todo se tira, todo se desecha y mientras tanto producimos más y más basura. El otro día leí que se produjo más basura en los últimos 40 años que en toda la historia de la humanidad. El que tenga menos de 40 años no va a creer esto: ¡¡Cuando yo era niño por mi casa no pasaba el basurero!! ¡¡Lo juro!! ¡Y tengo menos de xx años ! Todos los desechos eran orgánicos e iban a parar al gallinero, a los patos o a los conejos (¡ y no estoy hablando del siglo XVII !). No existía el plástico ni el nylon. La goma sólo la veíamos en las ruedas de los autos y las que no estaban rodando las quemábamos en San Juan. Los pocos desechos que no se comían los animales, servían de abono o se quemaban.

De por ahí vengo yo. Y no es que haya sido mejor. Es que no es fácil para un pobre tipo al que educaron en el 'guarde y guarde que alguna vez puede servir para algo' pasarse al 'compre y tire que ya se viene el modelo nuevo'. Mi cabeza no resiste tanto. Ahora mis parientes y los hijos de mis amigos no sólo cambian de celular una vez por semana, sino que además cambian el número, la dirección electrónica y hasta la dirección real. Y a mí me prepararon para vivir con el mismo número, la misma mujer, la misma casa y el mismo nombre (¡¡¡ y vaya si era un nombre como para cambiarlo !!!).

Me educaron para guardar todo. ¡¡¡Toooodo!!! Lo que servía y lo que no. Porque algún día las cosas podían volver a servir. Le dábamos crédito a todo. Si, ya lo sé, tuvimos un gran problema: nunca nos explicaron qué cosas nos podían servir y qué cosas no. Y en el afán de guardar (porque éramos de hacer caso) guardamos hasta el ombligo de nuestro primer hijo, el diente del segundo, las carpetas del jardín de infantes y no sé cómo no guardamos la primera caquita.

¿Cómo quieren que entienda a esa gente que se desprende de su celular a los pocos meses de comprarlo?

En casa teníamos un mueble con cuatro cajones. El primer cajón era para los manteles y los repasadores, el segundo para los cubiertos y el tercero y el cuarto para todo lo que no fuera mantel ni cubierto.

Y guardábamos. ¡¡Como guardábamos!! ¡¡Tooooodo lo guardábamos!! ¡Guardábamos las chapitas de los refrescos! ¡¿Cómo para qué ?! Hacíamos limpia-calzados para poner delante de la puerta para quitarnos el barro. Dobladas y enganchadas a una piola se convertían en cortinas para los bares. Al terminar las clases le sacábamos el corcho, las martillábamos y las clavábamos en una tablita para hacer los instrumentos para la fiesta de fin de año de la escuela. ¡ ¡¡Tooodo lo guardábamos!!!

Las cosas que usábamos: mantillas de faroles, ruleros, ondulines y agujas de primus. Y las cosas que nunca usaríamos. Botones que perdían a sus camisas y carreteles que se quedaban sin hilo se iban amontonando en el tercer y en el cuarto cajón. Partes de lapiceras que algún día podíamos volver a precisar. Tubitos de plástico sin la tinta, tubitos de tinta sin el plástico, capuchones sin la lapicera, lapiceras sin el capuchón... Encendedores sin gas o encendedores que perdían el resorte. Resortes que perdían a su encendedor. Cuando el mundo se exprimía el cerebro para inventar encendedores que se tiraban al terminar su ciclo, inventábamos la recarga de los encendedores descartables.

Y las Gillette - hasta partidas a la mitad - se convertían en sacapuntas por todo el ciclo escolar. Y nuestros cajones guardaban las llavecitas de las latas de sardinas o del corned beef, por las dudas que alguna lata viniera sin su llave.

¡Y las pilas! Las pilas de las primeras Spica pasaban del congelador al techo de la casa. Porque no sabíamos bien si había que darles calor o frío para que vivieran un poco más. No nos resignábamos a que se terminara su vida útil, no podíamos creer que algo viviera menos que un jazmín. Las cosas no eran desechables. Eran guardables. ¡¡ Los diarios !! Servían para todo: para hacer plantillas para las botas de goma, para poner en el piso los días de lluvia y por sobre todas las cosas para envolver. ¡Las veces que nos enterábamos de algún resultado leyendo el diario pegado al trozo de carne!

Y guardábamos el papel plateado de los chocolates y de los cigarros para hacer guías de pinitos de navidad y las páginas del almanaque para hacer cuadros y los cuentagotas de los remedios por si algún medicamento no traía el cuentagotas y los fósforos usados porque podíamos prender una hornalla de la Volcán desde la otra que estaba prendida y las cajas de zapatos que se convirtieron en los primeros álbumes de fotos... Y las cajas de cigarros Richmond se volvían cinturones y posa-mates y los frasquitos de las inyecciones con tapitas de goma se amontonaban vaya a saber con qué intención, y los mazos de naipes se reutilizaban aunque faltara alguna, con la inscripción a mano en una sota de espada que decía 'este es un 4 de bastos'.

Los cajones guardaban pedazos izquierdos de palillos de ropa (broches) y el ganchito de metal. Al tiempo albergaban sólo pedazos derechos que esperaban a su otra mitad para convertirse otra vez en un palillo.Yo sé lo que nos pasaba: nos costaba mucho declarar la muerte de nuestros objetos. Así como hoy las nuevas generaciones deciden 'matarlos' apenas aparentan dejar de servir, aquellos tiempos eran de no declarar muerto a nada. Ni a Walt Disney.

Y cuando nos vendieron helados en copitas cuya tapa se convertía en base y nos dijeron: 'Cómase el helado y después tire la copita', nosotros dijimos que sí, pero, ¡minga que la íbamos a tirar! Las pusimos a vivir en el estante de los vasos y de las copas. Las latas de arvejas y de duraznos se volvieron macetas y hasta teléfonos. Las primeras botellas de plástico se tansformaron en adornos de dudosa belleza. Las hueveras se convirtieron en depósitos de acuarelas, las tapas de bollones en ceniceros, las primeras latas de cerveza en portalápices y los corchos esperaron encontrarse con una botella.

Y me muerdo para no hacer un paralelo entre los valores que se desechan y los que preservábamos. ¡Ah¡ No lo voy a hacer !¡Me muero por decir que hoy no sólo los electrodomésticos son desechables; que también el matrimonio y hasta la amistad es descartable! Pero no cometeré la imprudencia de comparar objetos con personas.

Me muerdo para no hablar de la identidad que se va perdiendo, de la memoria colectiva que se va tirando, del pasado efímero. No lo voy a hacer.

No voy a mezclar los temas, no voy a decir que a lo perenne lo han vuelto caduco y a lo caduco lo hicieron perenne.

No voy a decir que a los ancianos se les declara la muerte apenas empiezan a fallar en sus funciones, que los cónyuges se cambian por modelos más nuevos, que a las personas que les falta alguna función se les discrimina o que valoran más a los lindos, con brillo y glamour.

Esto sólo es una crónica que habla de pañales y de celulares.

De lo contrario, si mezcláramos las cosas, tendría que plantearme seriamente entregar a la bruja como parte de pago de una señora con menos kilómetros y alguna función nueva.Pero yo soy lento para transitar este mundo de la reposición y corro el riesgo de que la bruja me gane de mano y sea yo el entregado.

Hasta aquí.

Autor desconocido

viernes, octubre 12, 2007

...acerca del Colegio



Incluyo a continuación un par de archivos que son destacables de revisar. Estos vínculos están en el contenido de la Biblioteca de la USM.

Uno dice relación con la creación de la Sede JMC y la Escuela de Técnicos que menciona su creación como resultado de estudios de reformas educacionales, en la que se planifica una Escuela Técnico-Profesional. Este informe muestra en detalle los cambios a sus nuevas dependencias a principios del año 1969.

La otra publicación, editada en 1971, describe la razón de ser de la “Escuela Experimental Sede José Miguel Carrera”, describiéndola como experimental, integradora y orientadora. Menciona, además, los planes de estudio, los recursos humanos y materiales y las características de los planes de enseñanza.

que los disfruten leyéndolos

un abrazo

Lucho



http://www.bib.utfsm.cl/2007/contenido/mhusm/pdf/D378832U58EE.pdf



http://www.bib.utfsm.cl/2007/contenido/mhusm/pdf/D378832U58EP.pdf

jueves, octubre 11, 2007

... hitos del paseo



Y llegó el día, o más bien, ya pasó el gran día...
y como soy mejor escribiendo que hablando, comienzo, ante todo, dándole gracias a TODOS por su concurrencia, su participación, su entusiasmo y su optimismo que hizo de un día nublado y frío, algo que estoy seguro que recordaremos durante mucho tiempo.

Sigo, además, por darle las gracias a Manuel. No sé en que estabas el día que dijiste que prestabas la casa de tu familia para esta reunión de curso, pero fue un brillante acierto. Tu hospitalidad y tu disposición fue excelente, y hasta con suficiente confianza para dejarnos solos por unos momentos, por tu compromiso familiar.

Después, continúo con todos los hijos -generación de Ipod-escuchas y fotologeros-, a cada uno de ellos, que a lo mejor asistió a regañadientes, teniendo que levantarse temprano en un día de descanso, para ir a una reunión de viejos, en la que no conocían a casi nadie, en la que me voy a aburrir todo el día, les doy también las gracias, por haber participado con un entusiasmo único, que creó instancias de conversación y pudieron compartir con nuevas personas, disfrutaron de una entretenida sesión de fotos y una pichanga mixta, que no dudo lograron pasarlo muy bien y hasta, me atrevo a decir, lograron nuevos amigos.

A ustedes, las esposas, compañeras y fieles cónyuges, + Hugo, el único marido, que siempre están presente y o a los que deseaban conocer más a estos viejos que insisten en juntarse y rememorar cosas de su juventud, va también mi gratitud por su integración a este grupo de amigos que se esfuerza por mantener esta amistad a través de los años.

Al profe, don Luis, que participó con los niños chuteando y corriendo tras la pelota, como si fuera el abuelo de todos ellos, que escuchó nuestras historias y disfrutó viendo las fotos de antaño, fue un gusto y una emoción haber podido compartir con él.

Y por último a cada uno de ustedes, mis amigos, que como siempre, están presentes, animosos a compartir una vez más...

Vitoco... tu periplo del naufragio es sorprendente y, porque no decirlo, milagroso y fue muy entretenido escucharte. Disculpa si interrumpimos mucho tu historia, pero las acotaciones que surgieron espontáneamente, hicieron que la narración resultara realmente notable y divertida.

Rodrigo, tu aporte en lo musical, fue muy valioso, sobre todo con la interpretación que hicieron tus hijos Francisco y Felipe. La gaita dejó impresionados a todos, aunque más a las jovenzuelas... ja, ja, ...tu aparataje para lograr el Karaoke final y el posterior bailoteo, fue genial... y los muchachos quedaron entusiasmados, después que la cara de cada uno de ellos era de dos metros a la llegada...

Ximena, Claudio, Manfredo que se dieron el tiempo de salvar distancias para asistir, también a la Tichy y Radomiro, que aunque no tan lejos como los anteriores, igual se agradece, a la Hilda que andaba medio perdida... aunque no fue la única, pero igual logró llegar. A todos los demás, la Coca, que recorrió toda la costa en micro para asistir; Roberto... por el carbón, más vale tarde que nunca; Franz y el pisco sour y la música ambiental; Yerko... sin tus conocimientos de mecánica, ni cagando (como dijo Vitoco) sacamos los autos; Ricardo; Maritza; Biby y Marco... quedé esperando la invitación al matrimonio... bueno, será para el verano, es mejor la época... a TODOS les doy las gracias porque cada uno de ustedes aportó con su presencia he hicieron de la actividad un día especial.

Y por último, a los que no pudieron estar y que fueron igual recordados, Maribel... juntaremos plata y te enviaremos un pasaje para la próxima; Rodrigo Ramírez, se echó de menos tu presencia; a Rogel... estaban todos tus primos...zancudos de mierda!; Fancy, Ivonne, Kurt, Guillermo; ...a nuestro gringo Valenzuela... y su señora. Gilda, leí tu carta a todo el grupo y ya estás incluida en la lista de correos. No escuches los consejos de nuestras compañeras, pero tampoco pidas permiso para escribirnos, tú eres parte de este pequeño clan; la próxima reunión la organizaremos cuando puedan venir a Chile y nos conocerás en persona...; a Cecilia, en representación de Camilo, espero que nos acompañes en otra oportunidad, un abrazo a la familia. ¿me falta alguien? Pablo Fica, Alberto... ¿qué pasó hombre? esperábamos tu visita; Ernesto, el Gary, negro Arancibia, la Myriam, la Martuca... pueda ser que en los próximos encuentros estén con nosotros .

En total fuimos 44, un gran número que es probable que no se vuelva a repetir, pues los hijos ya estarán más grandes para una próxima vez y, pienso que nos costará motivarlos mucho más... a menos que sea pronto, como en el verano, total la piscina alcanza para todos...

A los que deseen una copia de las presentaciones del recuerdo, favor depositar US$ 50 en la cuenta 24500-04 del Riggs Bank y a vuelta de correo les llegará...ja, ja, bromas aparte ...mándeme su dirección y les enviaré una copia en CD.

un abrazo todos
Lucho

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Mis amigos...
después de mucho tiempo de silencio, he reactivado este blog para que siga siendo un lugar de encuentro...
espero que lo disfruten...

Lucho Paredes

Octubre 2007